27/2/11

Reiniciando


Y la vida vuelve a su curso a finales de febrero. Ya no trabajo así que puedo volver a mi vida anterior. Nos echaron a todos con la típica excusa de "estamos muy contentos contigo pero no hay trabajo suficiente para mantenerte aquí". En el fondo lo echo de menos, este ha sido el primer fin de semana sin trabajar desde mi cumpleaños.
Estoy aprovechando para poner todo al día y estar con mis primas pequeñas que toca que este fin de semana estén aquí. El viernes fui con Marina a mirar juguetes para ver qué quería que le comprara porque va a ser su cumple el día 13 de marzo, va a cumplir ya 5 añitos y está emocionada ¡dice que ya es mayor! lo que le queda... Tardamos como 2h en mirar todos los juguetes, y ella cada rato soltaba una de sus frases de "hemos venido a mirar o a comprar?" o "como no me compras nada me aburro". Al final le compré una barbie de Rapunzel, un estuche enorme de maquillaje, un sobre sorpresa de princesas y una muñeca pequeña de Bella. Eso sí, no lo ha abierto. Está guardado en el armario pero ella es feliz sabiendo que ya lo tiene y que la próxima vez que venga, en 15 días, esos juguetes serán suyos.
Está muy graciosa. Ayer mientras la duchaba por la noche me dijo que no sabía cuándo era su cumple y le dije "el 13 de marzo" y con cara de sorpresa y emoción me contestó "¿y todos los días 13 de marzo voy a cumplir años?" qué rica :) no sé cuántos 13 de marzo se piensa que hay en un año.

Por otro lado estoy contentísima conmigo misma, muy orgullosa de cómo estoy llevando este curso ¡nada que ver con el anterior! llevo todo al día, me entero de todo y me está gustando mucho más ya que me veo implicada en lo que es el día a día. Hasta me estoy haciendo amiga del bibliotecario de tanto que voy a visitarle, me paso el día allí cogiendo libros para leer, para estudiar... Ya me estoy terminando el de Don Juan, de Torrente Ballester. Aunque no os manden leerlo la verdad es que es un libro a recomendar, porque es realmente bueno y ocurrente.

- Laura

PD: -3,5 kg

12/2/11

Emergency exit: Barcelona


Hay lugares que marcan tu vida aunque nunca hayas ido, aquellos en los que sabes que tu vida sería diferente, quizá mejor. Eso me ha pasado a mi siempre, desde pequeña he sentido devoción por Barcelona sin haber ido nunca.
Cuando era pequeña un fin de semana cada x tiempo, mis padres y yo cogíamos el coche e íbamos a conocer alguna ciudad de España - normalmente del norte -. Siempre me preguntaban dónde quería ir, y mi respuesta siempre era la misma "quiero ir a Barcelona". Nunca me llevaron. Incluso dejaron de preguntar porque ya sabían lo que iba a contestar. No sé por qué ellos sienten tanta aversión a la ciudad, y más siendo mi padre culé de toda la vida.
Siempre he visto Barcelona como el paraíso, antes y despues de pisar sus calles, oler sus aromas y mojar los pies en sus aguas. Supongo que tengo la idea de que, si viviera allí, mi vida sería otra mil veces mejor que la actual. Sé que no sería así, que las personas tienen problemas y momentos felices a partes iguales y da igual donde residan, pero aún así es una idea que no me puedo quitar de la cabeza desde que era pequeña.
Conozco personas que viven en Barcelona y darían lo que fuera por vivir en Madrid, la capital, la ciudad donde hay de todo ¿de todo? mi felicidad está allí, no aquí. Para mí Madrid simboliza una cárcel de la que no puedo escapar, como un pajarito en su jaula: bien cuidado por sus dueños, pero deseando salir de allí cada segundo.

Y ayer volvió a pasar. Llegaba a Barcelona, con camiseta blanca y chaqueta negra, con una sonrisa en los labios mientras la mía se borra por segundos. Tan injusta la distancia, las posibilidades, las oportunidades que da la vida a unos y otros.
Soy realista, en realidad sé que si viviera allí todo sería igual que ahora. Sería feliz, sí, los primeros días, después todo sería rutina como en cualquier otro lugar. Pero no lo puedo evitar...

Dejadme salir, por favor.

Experiencias únicas


Existe acaso algo que pudiera hacerme más ilusión que ir a un partido de fútbol? del equipo que fuera, lo único que quería era vivir cómo era, qué se sentía, en un partido de esos que siempre veo por la tele. El pasado miércoles al fin se cumplió, y encima viendo a un equipo que me encanta: la Selección Española de fútbol, donde se concentran todos los grandes jugadores de nuestros días. Ahora ya puedo decirlo "he visto jugar a la mejor selección de la historia, a los mejores futbolistas, a esos que han hecho historia".
La verdad es que era cuanto menos un delito que alguien que quiere ser periodista deportivo nunca hubiese estado en un evento así.


Las pasadas navidades se lo propuse a mi amiga Ángela, que qué le parecía si por nuestros respectivos cumpleaños (el suyo fue a primeros de febrero) nos íbamos al fútbol, y no dudo en decir que sí. Los nervios desde entonces estaban a flor de piel, haciendo la cuenta atrás de los días que faltaban, sin decirle a nadie lo que significaba por si acaso al final no íbamos por unas cosas u otras y quedábamos como tontas que se quedan en casa cuando quieren estar en otro lado.
Pero afortunadamente todo salió bien, el día 24 de enero ya teníamos nuestras entradas. Y al fin llegó el día.


Las mariposillas revoloteaban en el estómago de los nervios durante el trayecto de mi casa al Santiago Bernabeu. Sí, tal y como había descrito Sergio en la previa a la final de la Copa del Mundo, era increíble.
Los alrededores del estadio estaban repletos de colombianos. ¿Dónde estaban las personas con banderas españolas? apenas había... realmente parecía que jugábamos fuera de España. Pero eso daba igual, era el primer partido y yo estaba tan en una nube que sólo quería entrar, sentarme y que empezara el encuentro.
Mención aparte merece Ángela... hay que ver lo que nos costó encontrarnos al principio y separarnos al final. Tan cerca, las dos en Madrid, y tan lejos ya que nunca nos vemos. Fue una noche inolvidable, y un 99% de la culpa de ello la tiene esta chica de Griñón, una gran amiga aunque sea la más pequeña, una persona de esas que no encuentras todos los días [gracias por todo].


El partido comenzó, pero tampoco os voy a comentar mucho de él. A los que os interesara lo veríais por televisión, y a los que no tampoco os va a empezar a gustar el fútbol por mucho que yo diga.
En vez de hablar de ello, comentaré mis sensaciones ya que es lo realmente importante. Fue... extraño, muy extraño. No se parecía en nada a lo que había imaginado, todo era subreal. Quizá porque estábamos en la 8º fila, quizá demasiado cerca, pero me sentía viendo un partido de alevines en el campo de fútbol del barrio, y eso que era el Bernabeu que se supone que es muy grande, que impone y demás. Me sentía rara. Los jugadores estaban tan cerca... Acostumbrada a verlo siempre por televisión, la verdad es que no se parecía nada. Incluso puedo llegar a decir que me decepcionó un poco ver que no era lo que esperaba, pero se me pasaba todo en cuanto... [en fin, esto ya es privado].

- Laura