1/12/11

Cómo hemos cambiado





Y nunca mejor dicho.

Mi vida no se parece nada a la de hace dos entradas, cuando describía cómo había sido segundo de carrera. Pues bien, ya comenzó tercero y es ¡horrible! sin duda el peor curso, no se lo deseo ni a mi peor enemigo (bueno a ese quizá sí, pero al penúltimo no). Trabajos, más trabajos, y por si te aburres en casa ¡otro más! esto es un no parar ¿qué se piensan que estamos en el plan Bolonia? ¡no! ¡somos licenciados aún! ¿lo peor? que pese a tanto trabajo nos lo jugaremos todo a un examen en febrero, como ha sido siempre.
Dejando de lado el tema "agobios", que me da para marear y aburrir, en general todo ha cambiado bastante. Ya no tengo la misma relación con Maca y con Zelya, están distantes y raras.. no sé, tampoco se puede hablar con ellas del tema porque "saltan" así que paso, cada uno con su vida hace lo que quiera. Soy consciente de que no todo el mundo es como yo, de "la carrera es lo primero", pero quizá es mi visión de la vida porque me ha costado mucho llegar hasta donde estoy.
Echo de menos tener en clase a Vick, aunque no fuera casi nunca pero se hace tan raro!!! menos mal que tenemos a su doble, aunque no le llega ni a la suela porque Vick ¡es más mona y divina! xD
Pero ¿sabéis qué? nada de esto tiene importancia. Ni los agobios por las clases, ni cómo sea mi relación ahora con las que eran mis amigas... no, nada. Porque todo se soluciona mirando a mi izquiera, donde siempre se sienta la personita que hace que cada día me apetezca levantarme con una sonrisa, aunque no sea a su lado. Él hace de cada día algo especial. Si es un día malo se soluciona con un puchurro, y si es uno bueno se comparte la felicidad. Es genial tener a alguien que se preocupa por ti y te quiere. Alguien a quien quieres tanto que darías todo por él. Kya tiene razones para estar celosa, ahora mi corazón no sólo lo ocupa ella (aunque sigue teniendo un cacho enorme).

Dicen que cuando te enamoras vuelas, ríes y lloras (...) y olvidas que la vida gira como una gran noria. 

 - Laura

25/8/11

Se oyó un portazo y se hizo el silencio en la habitación. Ella se había ido. Ya nada importaba.

Historias breves, por Laura Prieto

30/6/11

Segundo de periodismo

Va siendo hora de hacer balance del curso más extraño de toda mi vida: segundo de periodismo en la universidad Complutense de Madrid.

Empecé el curso bastante animada. Ya no me daba miedo el primer día como el año anterior ya que ahora sí conocía a gente, iba a ir a clase con mis amigos y conoceríamos a gente nueva. Pero las cosas cambiaron rápido, quizá demasiado, y aún hoy (nueve meses después) no sé el motivo de ello. Las que eran mis amigas empezaron a darme de lado (¿?) y me quedé sólo con Macarena y Zelya, quienes apostaron por mí en vez de darme la espalda como hicieron los demás. Como he dicho aún no sé el motivo, pero es algo que hace tiempo dejó de importarme.


A raíz de ello estuve casi todo el año bastante sola en clase, conociendo por encima a gente pero sin llegar a congeniar. Maca y Zelya apenas iban a clase y yo iba aislándome en mi burbuja. Además el curso no era para nada lo esperado; nos habían contado que 2º y 4º eran los cursos más difíciles y sinceramente... no he aprendido nada. Lo único útil que he hecho estos nueve meses ha sido culturizarme un poco leyendo 11 libros que nos mandaron para una asignatura, que si no fuera por eso me hubiese muerto del asco y del aburrimiento.

En cambio en el segundo cuatrimestre las cosas empezaron a cambiar. En marzo conocí a Céline y a Vicky, que tampoco van mucho a clase pero las considero amigas más allá de las paredes de la universidad. Gracias a ellas conocí a Álex, un compañero de clase en el que sí, había reparado, pero porque estaba solo en clase como yo y era algo un tanto chocante. Toda la fase de "hola, soy Laura" y "hola, yo soy Alex" fue un poco ¿raro? Duró como dos o tres semanas en las que había que sacarle las palabras a la fuerza. Quién lo iba a decir, ahora no hay quién le calle. Empezamos a salir en abril, y es sin duda lo mejor que me ha pasado en este curso, en la universidad... y en todos los sentidos.


Por tanto de este curso saco el balance de que se ha afianzado la amistad con Maca y Zelya, a las que adoro y no tengo palabras para agradecerles todo lo que me han ayudado (no tienen ni una ligera idea) y con haber conocido a Vicky y a Cel, sin duda unos grandes hallazgos en una clase llena de gente falsa donde unos se pisan a otros por tener la mejor nota o el reconocimiento del profesor de turno. Álex merece mención aparte, pero no hay nada que no le haya dicho ya.

Oh! y por cierto! he aprobado todo (menos publicidad, pero bah) con notazas, algo insólito en mí, no os vayáis a pensar que soy una empollona.

En conclusión ha sido un curso MOLANTE, como diría Cel.

- Laura

24/5/11

Estado de lunes

Cada día nos levantamos sin saber qué nos deparará el día, pero queriendo tener una actitud positiva y enérgica, nada de estar deprimidos, ni desganados... huyendo de lo que se conoce como "día chof". La mayoría de los días conseguimos ganar la batalla interior contra el pesimismo y sacamos los pies de la cama con la esperanza de que será un gran día y nada malo podrá hundirnos.
El problema viene el día que tú has ganado esa batalla, pero la persona que tienes al lado no, él no. Dice estar en "estado de lunes" pero no es cierto, no tiene nada que ver con el día de la semana que marquen las hojas de un calendario lleno de tachones, tiene que ver con más, con mucho más. Tiene que ver con las cosas que te rodean, que un día pueden hundirte y sentir que te llega el agua al cuello, pero conseguir al día siguiente, estando rodeados de lo mismo, ese agua haya bajado hasta tan solo mojarnos ligeramente los dedos de los pies.
Hoy era uno de esos días, en los que esa persona tiene un mal día y tú no puedes hacer nada por evitarlo. Porque esa persona esta mañana no ganó la batalla. Pero tú le mandas tus soldaditos más valientes, los que han sobrevivido para que le ayuden con la suya y el día mejore poco a poco.

¡A la batalla mis pequeños! porque si tú caes, yo caigo.


2/5/11

Cuando el reloj deja de marcar las horas


Últimamente no soy yo misma. Estoy descentrada, ausente... y es mal momento para estar así. La razón de todo esto la sé, pero no acepto que me pasen estas cosas. Soy una persona responsable, centrada en las cosas importantes, siempre pendiente de todo. Pero ahora no, ya no.
Toda cosa buena tiene su lado malo ¿no? aunque siempre me haya negado a verlo. Pero este lado malo me está dando de frente justo cuando menos lo esperaba, en el peor momento.
No obstante no me arrepiento de la vida que estoy llevando desde hace ya casi un mes, pese a que haya gente con la que he perdido un poco el contacto. ¿He cambiado? No, supongo que pronto volverá todo a la normalidad.

Pero me gustaría que el tiempo no existiera, que el reloj no marcara las horas, cuando... bueno, tú ya sabes cuándo.

- Laura

18/4/11

Mis años de instituto

El próximo 5 de mayo se va a celebrar en mi antiguo instituto "el día del ex" para alumnos y profesores que hayamos estado allí. Como no puedo ir, y para ser sinceros si pudiera tampoco iría, he decidido dedicarle al tema una entrada en el blog.
Mis años en el Gregorio Marañón fueron... así resumiendo... algo para olvidar. Siempre se dice que los años de instituto son geniales, pero no fue mi caso. Cierto es que viví de todo, pero sólo puedo recordar las cosas malas. Me enamoré y no salió bien, conocí muchos amigos de los que no he vuelto a saber nada, y tardé siete años en sacarme unos estudios que se hacen en cuatro. ¿El motivo? la edad del pavo, supongo, o una mala época.
En la web del centro pone que te ayudan a sacar los estudios adelante y que te enseñan cómo, pero es una gran mentira. Allí todo el mundo pasa de ti, y si no sacas los estudios a la primera ya "no sirves para esto y serás una limpiadora toda tu vida". La de veces que me dirían eso durante los años de instituto... que no servía para estudiar, que lo mejor era que me regalaran la ESO y me fuera a limpiar casas. Afortunadamente nunca les hice caso, que la gente piense algo de ti no significa que sea cierto por mucho que te lo repitan a diario. Pero todo eso me daba igual, yo tenía algo grabado a fuego desde que era pequeña, algo que me repetía cada día una persona a la que quería mucho: "no hay mejor herencia que una carrera, a partir de ahí puedes salir sola adelante". Qué gran verdad.
Volviendo a lo que son los años en el Gregorio Marañón, cabe decir que sí es cierto que allí pasé buenos momentos. Recuerdo con especial cariño a Marisa, la orientadora, en cuyo despacho me pasaba las horas muertas hablando de lo que fuera con tal de no ir a clase. Sin duda fue mi mayor aliada, la parte buena del instituto se resume en ella. Conocí a muchas amistades, de las que sólo conservo la de Lissette que aunque sólo estuviera un año se convirtió para mí en alguien indispensable, y lo sigue siendo. El resto han ido desapareciendo poco a poco. Las vidas siguen, se separan... hoy día me encuentro a gente que fueron amigos cuando estoy por el barrio, y ni nos saludamos. La vida sigue, cambia, pero los buenos momentos no se olvidan pese a perder el contacto con la gente con quien los viviste.
Recuerdo también a Jose Pedro. Por dios, creo que se cuentan con una mano las chicas a las que no se les cayeron las bragas cuando le conocieron. Era como los chicos de la tele, de las revistas. Tan guapo, tan alto... y en el fondo era de lo más normal. La edad del pavo nos llegó a todas de golpe cuando él apareció, y nos creíamos las más guapas y capaces de conquistarle aunque no levantáramos medio palmo del suelo y tuviéramos la cara como una paella. No teníamos nada que ver con las chicas de 15 años de ahora, y eso que no ha pasado tanto tiempo.
Con respecto a los profesores, es inevitable no acordarse de Paco Bueno. Supongo que seguirá por allí, este hombre es indestructible. Me lo encuentro de vez en cuando por la calle, y me trae buenos recuerdos. Todo el mundo le odiaba, sí, pero creo que es con el que más matemáticas aprendí (partiendo de la base de que en el instituto aprendí menos y nada de cualquier asignatura). ¿Y esas clases de gimnasia con Carmen Puerta? siempre me ponía mala para esa clase, qué casualidad :) pero estar mala no te libraba de las humillantes clases de gimnasia eventualmente convertidas en "clases de bailes de salón" con tus compañeros. Aquellos eran días para olvidar. ¿A quién se le ocurre poner a sus alumnos a bailar el vals o el "tango" con sus compañeros en plena edad del pavo que si tocabas al otro ya era como "ji ji, nos hemos tocado, qué corte"? sí, éramos un poco paletos.

Por estas cosas y muchas otras, aunque pudiera ir a esa "quedada" no iría. Porque para recordar malos momentos y revivir los insultos estoy mejor en la universidad, donde nadie me dice "¿tú? tú nunca serás periodista, vete a limpiar".

Porque el instituto te enseña, sí, a sobrevivir fuera de él.

- Laura

13/4/11

Ella ya no cree en el amor


Érase una vez una chica atrapada en sus recuerdos, aquellos no precisamente buenos

Ese podría ser el comienzo de mi propia historia. No la que todos sabéis o creéis conocer, si no la jamás contada, la que tan pocas personas saben que sólo por le hecho de comprender esta entrada ya son especiales para mí.
Recuerdo el día en que me dije a mí misma que el pasado no volvería a atormentarme. Era 4 de enero de 2005, el dia que me tatué el escorpión en la cintura. Ayer, 12 de abril, ese pasado volvió de la forma más dura y en el momento más inoportuno. La situación no es la misma, yo no soy la misma, pero todo parece igual.
¿Cómo hago para olvidarlo? ¿para pasar página? ¿no han inventado aún un borrado de memoria temporal? me pido voluntaria para que lo prueben conmigo.

Me gustaría tanto seguir con mi vida y no sé cómo...

- Laura